domingo, 28 de abril de 2013

Dalí



SALVADOR

decadente
dolor
divino
deseo
dada
dorado
dandi
devorado
delirio
descompuesto
desorden
defección
dimensión
desgarrado
destino
diletante
dólar
diamante
débil
dibujo
desnudo
derrotado
deleznable
desvalido

DALÍ


viernes, 26 de abril de 2013

secreto



Aunque retumbe 
 y no halla palabra que dicha sea oída
escapando como un vilano
de tu oculto corazón,
del silencio has hecho un heraldo
y un guardian,
para evitar que nadie o nada 
lo desvanezca
sonámbulo en la garganta.




jueves, 18 de abril de 2013

Las señales

El día le trajo tres señales.

La Primera
Comenzó sangrándole la nariz al desayunar.
Recurrió a todos los trucos caseros para detener la hemorragia, incluso colocó 

una de sus llaves viejas de latón sobre la frente.
Rebusca por los mercadillos de domingo llaves antiguas, no sabe porqué.
La llave surtió efecto.


La Segunda

encontró un anillo de oro en la acera.
Sentándose para aguardar al autobús en la parada, sonó el timbre del teléfono en la cabina de enfrente.
Se levantó para cogerlo, no había nadie al otro lado de la línea,
esa fue La Tercera.





sábado, 13 de abril de 2013

Noferet


El olvido es el nombre de los remos, surcando la travesía por el Hapi azul.
La corona de la victoria circunda el sarcófago, las plañideras gimen apresuradas por el hereje del país de Kemi.
Gran casa, el sucesor, el hijo de los cielos de Amón, soberano de las altas y bajas tierras, hierático la mira a sus pies.
Levántate y aproxímate.
Uno de sus cetros se apoyó en el mentón de Noferet.
Seré clemente contigo, pero tu escriba ha muerto con su faraón, han troceado su cuerpo, para que mis heraldos lo dispersen por la tierra roja.
Vete, desaparece de mi presencia, nadie en Tebas ha darte la sal y el pan.

El faraón ha hablado.
Los soldados del faraón llevaron a Noferet hasta el desierto, esperando hasta que su sombra despareció del horizonte.
Noferet caminó por las dunas, sus piernas se doblaron y su fe hablo:
Nut madre mía, llegó a ti con los brazos tendidos, las manos puras con un ruego.
Y el león apareció, en sus colmillos traía el libro de los muertos.
Noferet levantándose lo cogió y Rehú retrocedió dos pasos tras su espalda para custodiarla.
Iluminados por Ra atravesaron el día hasta la región del mundo inferior.
Rugió Rehú su despedida al abrirse la puerta de Amenti.
Noferet entró y fue encontrando diseminados, los trozos hechos piedra verde de su cuerpo.
Todos los juntó, menos uno y supo que fue devorado por Seth el señor de los corazones.
Noferet manó sobre la arena la ofrenda de sus gotas, una de leche de su pecho, una de sus lágrimas y otra de su sangre.
Lo modeló, lamiéndolo para oxidarlo, hasta que tomó forma de malaquita.
Colocándolo esperó la clemencia y que en el templo del más allá, fuera devuelto al difunto su memoria, contados los años y enumerados los meses, volviendo la evocación de su nombre, traspasando las murallas del mundo inferior, para que Hatí encuentre su sitio y el poder de la remenbranza regresara a su boca veloz como la luz en la pradera florida.
Abrió el libro de los muertos, recitó la potencia arcana de los cuatro elementos, para conducir el deseo a la vida.
Sopló su aliento Noferet recordando los rasgos de su rostro.
El fénix voló en sus cenizas franqueando el umbral de la mañana.


miércoles, 10 de abril de 2013

Bla





El vendaval de tus manos abre el paréntesis

donde las palabras caben todas.


viernes, 5 de abril de 2013

Veredicto





Juez: Se encuentra ante la presencia de este tribunal por decir la verdad.

Acusado: ¿Soy reo de mi verdad?

Juez: Usted es un loco, un idiota.
¿De qué sirve decir su verdad en el mundo de las mentiras?

Acusado: No sirve de nada, tiene razón.

Juez: Este tribunal le condena a mentir de por vida.

Acusado: ¿En todo?

Juez: Le he dicho que en todo, no insista o le impongo una sanción por desacato.

Acusado: ¿Debo matar al temerario?

Juez: Exacto, usted es su propio verdugo.

Es por su propio bien vivirá en un estado de bienestar será aplaudido, admirado y aceptado.

Acusado: Cuando era un niño mi padre me daba los mismos consejos pragmáticos que su señoría.

Juez: Entonces su padre no era como el mío.
Mi padre era un adicto a la verdad como usted y acabó recluido en el manicomio de la hipocresía.

Acusado: ¿Le quería usted?

Juez: Creo que nunca he querido a nadie sólo a ese viejo ha sido mi única verdad,

pero la he mandado al patíbulo con mi hábeas corpus.

Acusado: ¿Por qué usted y yo nos fugamos juntos?

Juez: ¿A dónde...? Visto para sentencia.



miércoles, 3 de abril de 2013

Muda



Desordenamos el sofa, el sillón orejero
las mantas de la cama, cargamos el colchón,
los cacharros de cocina,
empaquetamos viejos libros,
rotos pantalones y del verano sus vestidos.
Seguimos desordenando
como una vida entera 
descolgando de la pared el reloj parándole su péndulo,
embalamos luces emplomadas, la comoda oscura del cajón secreto.
Porque acabamos, el aire se extendió entre el vacío de las paredes y contra suelo,
donde parecían resonar curvándose en las esquinas, todas las palabras de savia que le dimos.
El dolor cerró la puerta y echó su llave.
En el camión de la mudanza escuché de la bandada
a dos aves del paraíso haciendo otra vez un nido.