sábado, 20 de septiembre de 2014

Camaleón


León de aire
como tú me escondo dentro de mi misma
y si aparezco tengo ese don tuyo 
rápido o lento e invisible
que quien pasa mi lado
 al mirarme ni me ve.





.


Breve


Llegamos hambrientos
a la brevedad 
de un consuelo.




Sin cesar

Sobre el cielo y los nombres de los dioses
los ijares de los perros
la pluma de los pajáros
en tu vientre y el calvero junto al río
para el fondo del océano 

el fuego lento de las estrellas
los planetas vacíos
por los felpudos por los agujeros
contra la grieta del mármol
hacia los signos de los bosques
bajo los vertederos
a los abiertos batientes
entre el violeta de los tejados
resbalando tras los vasos de cristal
donde cabe vendavales de miseria en un infierno
contra todo pronóstico
desde el tronío del relámpago
con furia, mansamente
según el pulso perenne de las horas
hasta el funeral del amor tan imposible
los labios de los muertos
la herida en los flancos
la pureza de la miel, los pistilos
el principio y el final que fue,
es, será impredecible.
Sin cesar
hoy lluevo.

Sin sentido



Melancolía entra por todas mis puertas
carente de sentido
y hazme libre.

Mañana



Que mañana sea martes
y hoy sea veintitrés de marzo
que vista su horizonte el tendedero
con el sudor extinguido de las sábanas
o el blanco de mi camisa
que luego lo desvista y de su desalojo sea
como cuerdas de una guitarra entre el aire
que haya un calcetín en el fondo del patio
cumpliendo el año y medio de caída
y un ejercito acostado en pinzas de colores y colillas
(la tentación de regalar un cenicero al vecino del tercero
siempre existe)
Que pase el invierno, la primavera después, más tarde

el verano y que con octubre venga el otoño
 y que vuelva a contemplarte siempre el mismo ángulo de sombra
al sol le es indiferente
negando eternamente hacerte un posadero
donde rutile sobre tus cuerdas
salvajes, sus rayos.

La muda

Unjo mi cuerpo 
para tu cuerpo de desembarco
en tu oído vierto salvas de náyade
llegando hasta nuestras bocas que juntan
un alijo que muda la piel de sus serpientes

me acongoja el júbilo con que apago la oscuridad
para un pacto de ombligos que no se han domesticado
las manos no han de saber adónde ir
ni las caderas agolpando un ritmo de latidos
que se abrazan con una multiplicación de diosas Kali

Al tiritar ardemos
Al suplicar exigimos
 Nos bebemos nos comemos 

hasta que el gemido
 haga su voz entre nosotros
mostrando ese rostro que nadie nos conoce

Temblando
por ese incesto que la muerte tiende a la vida
sonríes
o sollozas amor
en tu escapulario.

Nada




Cuanto se entregó
nada pidió


El trampolín


La indecisión
es un pulso que se le hecha la Duda 
en un trampolín de una piscina vacía.

Dilema





Siendo o no siendo
detrás de una careta habrá otra
vivir, desear, morir 
y al soñar 
todos somos príncipes de Dinamarca
hablando a la mirada de hueso de una calavera

El corte de pelo


Tu corte nuevo de pelo me recuerda al de Cleopatra.
Se ríe al decir:
Será el de Liz Taylor en el papel de Cleopatra.

Es lo mismo. ¿No?
No; no es lo mismo, es probable que Cleopatra fuera rubia y con la nariz larga.

¿Importa demasiado, si fue rubia o morena, o su nariz helénica?
Sí, según Blaise Pascual:
Si la nariz de Cleopatra, hubiese sido unas líneas más cortas, toda la faz de la tierra
hubiese cambiado.
Ja ja, pues su belleza nariguda apenas causó estragos en Octavio.
Pascual exagera, una nimiedad como una nariz, en absoluto cambiaría la política de su tiempo.
Cualquier nimiedad cambia totalmente nuestra vida.
Las armas de seducción de Cleopatra al margen de su subjetiva belleza apuestan a que fueron su inteligencia, su cultura y su ambición.
De toda su estirpe de gobernantes álgidas, fue la única que hablaba el egipcio.
De su voz escribieron, que poseía un timbre totalmente subyugador.
Me la imagino, en una barcaza a la luz de Iah sobre el Iteru blanco y azul, susurrando.
Ese corte de pelo, te ha abducido. Cleopatra es un personaje fascinante, cierto, pero te olvidas que fue asesina, fratricida, turbulenta y lujuriosa.
Ja ja… para nada deseo ser Cleopatra, ni ningún otro personaje, le tengo cariño a mi pellejo, quiero ser quien soy.
Sus hermanos y otros cortesanos también quisieron matarla, aunque por lo que parece se toparon con una rival dura dispuesta a no dejarse derrotar. 

Desenrollas la alfombra de la historia de la última reina de Egipto y fueron sus vencedores quienes la contaron.

Entonces lo que conocemos de Cleopatra son rumores y leyendas propagados por sus enemigos...
Afirmas que estás satisfecha en tu pellejo pero:¿Sabes quién eres?
Creo que conocernos, si eso es posible lograrlo, nos lleva la vida.
Te devuelvo otra pregunta, si es cierto lo que la historia cuenta sobre Cleopatra
¿Porqué piensas se suicidó, por amor o por ambición?
Es posible que por las dos, aunque prefiero creer que tomó por veneno, el amor.

Sería abril




Sería abril, cuando robamos las rosas trepadoras,
acechadas a la pared de piedra,
arañadas por su espina,
regadas de nuestra pequeña sangre, su olor.

En el linde de la casa, sobre el zarzal,
cosechamos por la boca silvestre,
el zumo de la moras.

Tú risa, la suya y la mía,
escalando el balagar,
como espantapájaros
buscando el relleno de su paja.

Las cinco nos dio del geranio,
uñas postizas y rosadas,
del rabo con dos cerezas, los pendientes,
en aquel columpio con tejado que hizo mi padre,
desde el mugriento mandilón, tres pares de pies se elevaron.
Era fiesta,
los globos con pasajeros,
inundaron aquellas nubes que eran nuestras.
Más tarde llovió, lo anunciaron las alas de las hormigas,
de su escondite salieron los sapos,
igual que príncipes sin beso,
su hipnosis
nos pegó pálida la nariz en la ventana.
Quién saltó hasta el cielo del cascayu
Abrí la tapa prohibida,
bajo la higuera,
los caracoles hacían ejercicios de equilibrio
y las tres asomadas a su reflejo,
para tirarle tu tesoro a las ondas inaudibles del brocal.
Juró el viento junto a los altísimos álamos blancos.
El ciprés que creció contigo,
y contigo y conmigo,
ha desaparecido para siempre,
la casa y la infancia,
y aquellas ahoras
son la losa de asfalto,
de un aparcamiento.
Nunca la díscola rosa
renaciendo pegadita al tendal
volverá
a deshojar mil pétalos
o gotas temblonas de rocío
ni otras luciérnagas darán a luz
al final del pródigo verano.

lunes, 8 de septiembre de 2014

El agosto


Abrasas calor, 
cede a la lluvia, su cielo
que caiga 
de cirros un río 
de mar un diluvio 
con ángeles de estiletes cristalinos
sobre agosto
para que su agosto
haga en la esquina
el vendedor de paraguas.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Intemperie


















Entró en un bar desconocido, con olor a noche e intemperie.
Calling you sonaba en las vocales estremecidas, de una boca nombrada dolor.
Ella pidió en silencio a los altavoces que callaran. 
En el local vacío, resonaron en sus pasos, su corazón roto.
Los pies quedaron quietos, porque hasta luz de los neones, se apagó.
Una voz en la oscuridad dijo: Quizá esta noche haya la tormenta.
La luz volvió ese instante y vio que estaban solos.
Detrás de la barra, él dijo: ¿Qué te pongo?
Algo con ginebra y olvido, antes de la tormenta. 
Leyó los carteles, al lado de las bebidas:

Bienaventurados los borrachos, ellos verán doble a Dios.

Bebo cuando soy feliz.

Bebo para aplacar en el estómago, lo que está en la cabeza y no puedo sacarme del corazón.

Bebo cuando tengo miedo, culpa, ausencia, fracaso, amor, odio, o confusión. 

Cuando bebo todo el mundo es mi amigo y digo la verdad.

La barra es un confesionario, el borracho el pecador, el confesor el camarero.

Cuando bebas para olvidar, paga por adelantado.


Te pago por adelantado entonces, dijo ella dejando el dinero en el mostrador.
Él contestó: Invita la casa y además beberé contigo.

Cayó la primera arteria que resonó lejos, tan lejos prodigando otro mundo.
La coctelera del cielo, derramó un glacial aguacero sobre el grial de la tierra.
Él puso dos copas, agitó la coctelera, en tanto la luz, reflejó lo opaco de sus ojos.
Sirvió el cóctel, les hundió dos palillos, ensartando una aceituna y una cereza
Los dos dejaron resbalarlo de un golpe y mordisquearon la sal y el azúcar
Delicioso. ¿Qué le has puesto? dijo ella abriendo una sonrisa por primera vez.


Èl dijo: Tiempo.