viernes, 4 de agosto de 2017

Luces

Sobre una mesa 
el ardor de una vela crepita danzando con el aire,
hipnotizada por la lumbre pareces,
pero tus ojos viven en otra parte, 
parpadeando dentro del deseo o la nostalgia.

A las fueras de la galería 
podrá alumbrar recién nacido el fulgor de la primavera 
acudiendo a la llamada del invierno
o el otoño devastar, coloreando y despojando, 
al esplendor del verano.

 En la sala
 la luz eléctrica la enciende con el día,
 es la noche quien la apaga
 la luna brillando por los ventanales se adentra.


 A oscuras a encendidas,  
no cesa de temblar extática 
esa brasa quemando tiempo,
solo su ardor se mueve en la penumbra,
que estira sobre tu largo pelo, azogues
por los dorados cobrizos de su llama.