sábado, 30 de marzo de 2013

Aaarrr



El desfile ha comenzado
en vuelta mecánica
atrasando la maniobra de la cuerda
subidos a los catafalcos
en sábado santo
cenan los doce apóstatas
con sus mesías en un Memorial de Corea
en una Casa tan Blanca
servido
el pan de sangre y el vino de carne
Aaarr
sobre la alfombra tejida a paso ligero

De negro






Al norte 
han sonado terribles, los tambores  
la nación de la lluvia derrama sus balas.
Te darán o darás un tiro de acero en la cabeza
como epitafio: 
Forever Young.
Te han cerrado los ojos 
te han abierto la garganta 
había una oración y una maldición
pintadas de negro.
Entre el pecho una estrella púrpura
allí donde te han roto el corazón.
Has vuelto a abrirlos
nadie podrá verlos jamás
en el interminable recorrido de alambradas
de tus citas con la muerte. 


El jardín


Han llegado los esquejes, los han dejado a la mañana temprano, sobre la verja del jardín de porcelana.
Voy a plantar capullos de nomeolvides.
Con agua de acuarela de mi regadera los mojo todos.
Tocan la campanilla de la entrada.
¿Quién es? Pregunté.
Soy la razón.
Vete no ves que ando ocupada.
Soy la realidad.
Dándole la espalda recojo moras salvajes, vuelve otro día, le digo.
Soy el miedo.
No te conozco puedes irte por donde has venido.
Soy el escepticismo.
Balanceándome en mi hamaca india, le indico con cortesía que se ha equivocado de jardín.
Soy el odio.
No me molestes no me dejas espiar a las cigarras jugando al escondite con los grillos.
Soy la hipocresía.
Ten cuidado que te arranco con mi espátula tus malas hiervas.
Soy el cinismo del brazo de la envidia.
Os advierto que voy encender la hoguera.
¿Puedo pasar? dijo la indecisa avaricia traigo un catálogo nuevo....
Lo siento aquí no vendemos nada.
Entra a saco dando patadas la violencia, voy despeinada muy sucia por recoger mirtos y anís para hacerme una diadema.
Harta la expulso con mi espada de pincel.
Qué paz por fin.
Tomaré un té de arándanos, fumo un puro de canela y como una boa hago aros de humos para columpiar a los caballitos del diablo.
Tic tac: ¿Puedo entrar?
(Otra vez molestando, será la pena, a duras penas dura apenas la tranquilidad en mi jardín)
Quién eres no te reconozco con tanto humo.
Era el tiempo y lo desconocido, no quería dejarles pasar y aunque les rogué,

abrieron de un roce todas las cerraduras.

Al filo

Qué estás pensando?
Sí todavía pienso creo...
¿Sí? No sé... no contesto...
en una cinta trasportadora
al filo del rescate
al borde de la salvación
en la sucursal mundial
del matadero municipal

sábado, 9 de marzo de 2013

La edad

Cuando abrió los ojos estaba sola
Cuando abrió los ojos estaba solo
 sobre el barro se encontraron en la edad del silencio
las tinieblas sacudían la tierra en la edad del hielo
las entrañas abrieron la boca en la edad del fuego
sopló un huracán en la edad del aire
corrieron en la edad de la luz
unieron sus cuerpos en la edad del deseo
descubrieron en la edad de los árboles
 frutas prohibidas
cuando la frente fue marcada en la edad de la muerte
en las puertas giratorias de la edad del tiempo.