viernes, 30 de enero de 2015

Se ruega no aplaudir al finalizar la representación

A escena con mucha mierda
el galán, la dama boba,
el desparpajo del truhán, 
el doncel y la doncella,
la alcahueta, el avaro,
el coro de pícaros niños
mostrando la lengua al juez, al rey y la reina,
a la grandeza del canciller, al cardenal orando a escarlatas,
a los peleles que se mantean, a la hipocresía de las cotillas.

Saldrán en el entreacto: la partera, la guisandera, sangrías de médico, el padre, la madre y la abuela, Sor Penitencia, las arnicas de botica, la ramera, la tierra del sepulturero, las calzas verdes, las calumnias riendo, las melancolías a mareas vivas y las traiciones de puntillas.
Es menester, que se haya pintado el decorado, a mano alzada de convidados de piedra, con manjares, viñas de Baco, deseos, amores, dineros, honores, el soy o no soy de las calaveras, deudas, riquezas, pobrezas, verdades y mentiras con medias y los votos a brios de floretes erguidos.
Abajo en el mar de madera,
la concha de ermitaños:
apuntando sonetos,
apuntalando sueños,
apurando anarquías.
Y vuestra merced haciendo una reverencia
abriendo los harapos del telón
para encender la luz a las candilejas
de las tragedias de un corral
en el corral de las comedias.

lunes, 26 de enero de 2015

Irresistible


Un instante antes resistes
a la caída libre en la yema del sol
derretida de las alas, su cera
de la carne de los dioses,
su bostezo.

Resistes
a quedarte huérfana de tierra
al abandono del peso, el aire,
del cordón y la pértiga.
Irresistible
baja el telón de pestañas
Mientras tu corazón palpita roja,
blanca, la multitud de latitudes
desapareciendo las órbitas
la ley que gravita los centros
tu oído es el sereno
que al  ruido estampidos vigila.
Dónde cabe la libertad sino en el sueño
Flota su boca de flor carnívora
y sonámbulo en tus ojos
desperezados
 y ya,
abiertos.

jueves, 22 de enero de 2015

Ni cenizas


El invierno ha caído recién a la entrada
y enmarañando sus brazos de madre 
intenta cerrar talas al hambre.
se encendieron diminutas estrellas dentro de los arbustos
en todos los caminos salvo en la senda
donde a morir van
desde mantos de alas
hasta garras 

hasta zarpas afiladas por la miel
o henchidos aguijones 

o las rejas de colmillos
sin soltar al aire

 o a la tierra de memoria ni cenizas.
En aquella cita a cero º
sólo acudieron los huecos de tus pasos
y la enorme distancia
de su ausencia.

lunes, 19 de enero de 2015

Vértigo


El vértigo es una voz off
que negándose a dar
el pronóstico del tiempo
te trata de usted y te pregunta:
A qué piso vas
y tú nunca lo sabes.

lunes, 5 de enero de 2015

Los reyes son


Los reyes son los padres, me dijiste
con una risita insoportable de sabionda
No dije nada, sólo te mire con odio
por fundir
la isla del tesoro con olor a incienso
el uno para todos y todos para uno
de aquellos mosqueteros dorados.
No dije no es verdad
te creí y sólo te miré con melancolía
por sacarme de la tripulación de los que se rebelaban a bordo
bebiendo mirra.
Te los llevaste encima de la mula, el buey y los camellos
de vuelta al pasaje de los crédulos
Desde entonces en quien creo

y a quien espero es
 al oriente de la magia.

Lo que te alcanza


Despiertas en los sueños que recurren
cuando la nada te persigue 
donde nada te alcanza 
desnudas hasta las encías
con el consentimiento del viento
al comprender sus designios
vuelas
como algo que te llega
y tienes merecido.

Caudales


Del caudal hirviente 
escoge el destino 
a los cautivos de los deltas azules
atravesando sus estrechos de mar tibio
un reloj me da los vuelcos
cruzando a mis donantes tendidos.
Dentro de mi estanque
los astros apagados
sus hechizos me coagulan
entre los años luz y esta anochecida
respirando en los confines de mi savia
donde me parece escuchar
girando los planetas de páramos oscuros
anhelando el riego fértil
del venéreo veneno
y el cadmio rojo de amapolas.

Cuando


Cuando era niña
nunca le contaron un cuento
sobre el guardián de las cimas
en que algún idioma secreto
contara a los niños sus fábulas de nieve.
Cuando era niña
vio en el cementerio una tumba
de un niño
tocó la lápida por sentirla tan fría
le contó un cuento
por si se sentía solo
y no podía dormir.

Paria

Tengo las ganas
de un paria 
por la utopía 
de este edén devorado  
para abrir los párpados
cuando se regresa de la noche antigua
esperando una clave de luz
nueva.

Ruido

Ahí continua la arena
resbalado otra vez tras la resaca 
inmóvil después de la disección de la ola
apareciendo sus hendidos bosques verticales 

 sobre el brillo redondo de las piedras
la plenitud del oleaje con un compás de bramido regresa

para recordar que le perteneces
antes de batirse en retirada a sus cántaros
y lejos naveguen sin rumbo los glaciales
reclamará el agua de tus ojos separada de su ponto
la que por caer distingue del ruido
que hace eco hace hueco
de tristeza, de extrañeza, de alegría, de rabia
para que en la fuga de sus blancos
se junten por fin
donde las sedes insaciables beben
y ni siquiera nos nombran

Capitulaciones




En qué libro del destino
los estabas aguardando
para llevarlos en volandas hasta esa capitulación
donde comienza del amor y del odio sus guerras
Resguardas las páginas secretas 
donde los pétalos marchitos
marcan continuas carreteras que recorren párrafo a párrafo
hormigas voraces devorando comas
o paréntesis interrogando exclamaciones
de lo que afirman sus puntos y seguido.

En qué libro del albedrío se declara los deseos que se piden en las fuentes
 cuando se tiran monedas a los epílogos y prefacios.
En qué edición ilustrada cuenta y recuenta tratados de alquimia renacido 
abriendo y cerrando sus hojas negándose a entregarlas 
a las fanáticas termitas del fuego.

De qué anonimato impasible
desprovista de dedicatoria
se estrena de nuevo la pluma vieja con pulso recio
saliéndose
de los márgenes de los traductores
repitiéndose
en la larga explicación en que todo se contiene
dando vueltas sus diminutos círculos de negrita
ausentando el precio de venta al público.