sábado, 28 de febrero de 2015

Agua


De cabeza tuvo la venida, tan pálida, tan dulce como el talco,
el paso del aire a ese ahora de una trompa sin ombligo
la tierra te dio dos azotes en las nalgas y una sentencia por la frente.
Fajada tu cuero sin algas
roja tu rabia berreó con morro de balano,
tobillos de tiburón, dedos de arena y corazón de anémona.
Menos te acallaban álgida la cólera, balanceos, añadas o besos.
Tampoco la ceguera azul de sanguijuela que amamantaste
evitó el hipar bronco con ay de luz,
al girar la sombra escupiendo el sucedáneo de tu pecho,
regurgitando iras nuevas babeando por la sábana.

Seguiste en guerra con los párpados violentos,
clara la garganta en la sima de los maldecidos,
poseída de tempestad inabordable urgiendo fragor y sales.
Sólo entonces calada por el hueco de tu mano
con roces marinos de esponja
te enseñó la paz de su suspiro
y su sonrisa arcaica navegando en la isla de Filae
recitadora de todas las ondinas
rindiéndose hasta la curva del sueño
como una vuelta de veinte mil leguas
al vientre de sus madres.

martes, 24 de febrero de 2015

Pandemia




Pitan las alarmas de robo en las joyerías
en las cajas acorazadas de los bancos
Esto es un atraco, no dicen los políticos
hay una pandemia con fiebre de oro.
También soy una ratera lo confieso
entro con sigilo de puntillas
con un antifaz de nubes
que no ahuyente a las aves carpinteras
para robar a los árboles
el emblema de sus hojas.

domingo, 22 de febrero de 2015

Whatsapp


A mi invernadero abrí la ventana
al dar el timbrazo el despertador.
En los cristales mi vaho disipa la helada
de este invierno con siete mantas boreales.
Sobre alféizar el granizo golpea, golpean atrasos en el sueño
golpeas viento enroscando aún más el golpe cerrando la ventana

cerrando los ruidos de afuera en la mañana.

Vertí la marea de leche al remanso humeante de café
aún no había aterrizado mi peso en las realidades del cerca y el lejos del día.
Frida duerme todavía su candor blando de ángel.
Cesó el aguacero al otro lado de un cielo de cinc.
Cuando despedazo su manto a una mandarina
oscila el silencio sobre las particiones de sol.
Resuena un nuevo tañido de gota metálica
soy quien lo olvida por todas partes
y quien lo encuentra cobijado y escondido en mi abrigo azul.
Te escribí con la boca llena de explosiones,
los dedos tan gruesos
sobre las teclas tan minúsculas
tamborileando
un pequeño alud
de primavera.

sábado, 21 de febrero de 2015

Quo vadis


¿Quién por el fuego? Preguntaste.
¿Por qué fuego? Pregunté.
Responden inclementes las llamas 
al ir y al volver
de sus a donde.

martes, 17 de febrero de 2015

La tienda de música


Delante del escaparate
el brillo en tus ojos habla
con las criaturas de madera o de metal.
Sé donde encerráis la música
les dices.

El aire que levanta sus brazos desmesurado
os dirigen con una invisible batuta.
Loca
así la llaman los que pasan
los que tienen que perder
los que se ponen a salvo en el contagio de la cera.

Cuando cierra la tienda, la ciudad duerme
 la noche es larga y la luna os alumbra
tocáis por ella
salvajes, idealistas y sabios
todas las canciones son de alegría
y una sola de tristeza.

jueves, 12 de febrero de 2015

E.T.S.


Viajaron a la velocidad de la luz
al entrar en la atmósfera de nubes 
se trasformaron en una diminuta cápsula traslúcida
viajando a la velocidad del sonido.
Qué bello mundo pensaron en telepatía.
Vieron a un ser que tropezaba y al caer todos se reían de él.
Se miraron atónitos.
Un tanto más allá otros dos seres se golpeaban mientras una multitud los azuzaba.
Se miraron incrédulos.
Otro poco más allá unos seres devoraban a otros pequeños seres.
Se miraron horrorizados.
Aún más allá otros seres se mataban en masa.
Se miraron espantados.
Aún más más allá otros seres simulaban una guerra de galaxias.
Se miraron asustados.
Dieron media vuelta a su expedición.
No volvieron nunca más.

martes, 10 de febrero de 2015

Abracabra


Érase un mago que invocó un hechizo, que migró a su destino de mujer
como la mariposa monarca reinando en la meta del árbol.
La mujer le siguió dejando atrás las fronteras conocidas, hasta llegar a una torre muy blanca, era de noche en los arrabales de estrellas.
Los botones y las cremalleras de sus ropas se soltaron a la oscuridad y el  a caballo de sus  el corazón del fuego arrasó a sus pirómanos.
Cuando el día les despertaba, el mago ocultaba la escalera de la torre para que ella no pudiendo salir, le esperara.
Al volver una veces el mago únicamente hablaba y otras permanecían en silencio muy juntos.
Luego que la luna asomara tantos plenilunios y escondiera tantos novilunios, 
la ambición igual que una carta trucada saliendo de su mazo, marcó al mago, 
que preguntó:
¿Me quieres?
Ella respondió no.

Día tras días, volvía el mago a preguntar.
La respuesta era la misma.

El mago abatido y desesperado al fin le inquirió:
¿Qué tengo qué hacer para que me quieras?

Nada, por qué crees que tienes que hacer algo para que te quieran.
No es sí, te quiero pero no como tú deseas.

Llevó al mago de la mano hasta su abismo, en su fondo apareció la puerta de la torre al dar ella un paso, de otro la escalera volvió de lo invisible, al dar otro, desapareció la torre y apareció al sereno el descampado, semejante al de la feria de verano donde se vieron por primera vez.
El mago al soltarse sus dedos, sonrío.

Una palabra susurró al volatilizarse ella.

viernes, 6 de febrero de 2015

Aún



Hoy es 5 de febrero del 5415
hace tres milenios cuatro siglos y esta noche que no estamos.
¿Aún sigue nevando y alguien con los huesos viejos espera el verano?
¿Los niños y los cachorros juegan aún al llegar la primavera?
¿El mar aún vuelve la orilla?
¿Repite a la luna rituales, a los héroes mitos,
a las brujas cuentos, a los oráculos visiones, a los dioses cultos?
¿La reina boreal siguen morando en la nación del hielo
y aún los tigreños lirones duermen cerca de los robles?
¿Se aburren los ángeles aún sobre su lienzo?
¿Terminan todos los caminos aún en Roma?
¿Ha ganado las elecciones la esperanza?
¿Huele aún a romero, aún a yerbaluisa aún a vertedero?
¿Queda aún alguna palabra de este idioma?
¿Es la era del acero, del helio, del oxígeno?
¿La gente aún está perdida?
¿Aún vive la muerte?
¿Será allí
amor
donde estamos
todavía?