Estranguladas
en el umbral de la lengua
quejas que os negáis a salir.
Mi rabia escupe su guadaña
repica arrebatos
sueltas la mordaza a mis talones
donde no han de llevar coronas que marchiten los claveles.
Rabia saliendo de su reja
dejo a los pies de tu sepultura
Mi rabia escupe su guadaña
repica arrebatos
sueltas la mordaza a mis talones
donde no han de llevar coronas que marchiten los claveles.
Rabia saliendo de su reja
dejo a los pies de tu sepultura
sin la custodia de un ángel
que ebrio de piedras santas
señale la línea del escorzo
que te nombra.