viernes, 15 de diciembre de 2017

Rehén


Has dicho o
hecho algo 
que no lo dicta 
ni el deseo
ni la verdad 
reniegas de ti 
quien aguanta la soledad de ser uno mismo
puestos a ser su rehén
aún te cabe una argucia
te has hecho el traje
de un incognito

viernes, 3 de noviembre de 2017

Fe

Cree en los dragones y el resplandor de su fuego
en los pálidos unicornio,
en los cantos hipnóticos de las sirenas, 
en la mirada letal del basilisco y el vuelo de la esfinge alada...
Ah y en la ceniza del fénix.
Cree en ellos porque nadie les ha visto.
Así es la fe, 
ciega para el mundo, 
vívida para el ensueño.

jueves, 5 de octubre de 2017

La abogada del diablo

ecidí venderle mi alma al diablo, a cambio de qué, lo dejo entre él y yo.
Al diablo siempre se le vende el alma por algún deseo terreno insatisfecho, aunque el tiempo terrenal sea breve…
El diablo no se presentó, le esperé toda la noche en vano, le esperé todo el día, pero ningún atisbo de su consabida puntualidad.

Entonces me entró otra duda, a lo mejor es que no tengo alma, o es que el diablo tiene tantas almas que gestionar que ha llenado el cupo con millones de trillones de almas en los infiernos…  
Se me disparan las matemáticas, porque hay que contar las de otros planetas, en el supuesto caso de que exista vida y supuestamente crean en nuestro Dios terrestre.
Por cierto ahora la palabra supuesto, te permite decir que lo que te dé la gana. 
Eres un supuesto criminal, ladrón, corrupto o prevaricador.
Tú siembra que algo queda hasta que llegue el juicio y la sentencia, después te retractas con la excusa del supuesto, y aquí paz y después ya veremos…
Si para la justicia somos inocentes hasta que no se demuestre lo contrario, para el Dios de los testamentos bíblicos, somos culpables desde que nacemos, la culpa la traemos de serie genética, como las manos y los pies.
Pero volvamos al hacinamiento infernal y esto me lleva a  pensar:
cómo no va hacer calor en el averno, con esa aglomeración infinitesimal debajo de sus tierras.
Pobre Belcebú toda la eternidad con esa sudada, por qué Dios no lo perdona ya, total todo su pecado fue la curiosidad: Luzbel quería saber que había más allá de las estrellas.
(Os advierto astrónomos vais a ir todos al infierno a sudar por curiosos, entrometidos y soberbios, en los designios de los misterios inescrutables.)
El asunto se dirimirá en que nos iremos con Dios o con el Diablo a formar parte de su cohorte, hasta la contienda del Apocalipsis, en que lucharemos no sé donde, aún cuando ya sabemos que ganará el bando celestial. 
Para qué entonces todo este tinglado, Dios se aburre acaso y el diablo le entretiene el tedio…
Por sus actos le conoceréis dicen, y dicen que Dios es amor, tiene entonces una forma muy extraña de camuflarlo.
De ahora en adelante pienso portarme endiabladamente, después me arrepiento porque Dios que es infinitamente misericordioso saldrá de su escondite para perdonarme, matarme y darme la vida eterna.
¿Dios es supuestamente un vampiro sádico y el diablo su disidente….?

Esta abogada del diablo bromea, mi sentido del humor me destapa alguna pena y el sentido común me dice que el diablo es otra cara de ese Dios esquizofrénico salido del temor, del terror y de la duda ante quién somos, de dónde venimos y adónde vamos.
Recuerdo al poeta que andaba buscando a Dios, y yo, que también le busco pero no lo encuentro en los libros, ni los juicios finales, ni el temor, ni en las contradicciones, ni en el control, la crueldad o lo terrible. 

No sé dónde está, cómo es y si ni siquiera es, lo único que sé es que nosotros le necesitamos para dudarle o negarle o creerle.
Mis dudas crean un Dios de dudas, al fin y al cabo siempre creamos a Dios a nuestra imagen y semejanza y cuando no creo en él. 
¿No creo en mi misma?

¿Qué harías con la eternidad, si la tuvieras? 


lunes, 4 de septiembre de 2017

Canción para Frida


No quiero para tu nombre,
una caja de madera.
Ni quiero al olvido 
o la nostalgia.
No, no no quiero el consuelo del ayer
ni la resignación del mañana.
Vives donde esté,
eterna la ternura.
Tu corazón, 
mi santuario.

viernes, 4 de agosto de 2017

Luces

Sobre una mesa 
el ardor de una vela crepita danzando con el aire,
hipnotizada por la lumbre pareces,
pero tus ojos viven en otra parte, 
parpadeando dentro del deseo o la nostalgia.

A las fueras de la galería 
podrá alumbrar recién nacido el fulgor de la primavera 
acudiendo a la llamada del invierno
o el otoño devastar, coloreando y despojando, 
al esplendor del verano.

 En la sala
 la luz eléctrica la enciende con el día,
 es la noche quien la apaga
 la luna brillando por los ventanales se adentra.


 A oscuras a encendidas,  
no cesa de temblar extática 
esa brasa quemando tiempo,
solo su ardor se mueve en la penumbra,
que estira sobre tu largo pelo, azogues
por los dorados cobrizos de su llama.

viernes, 14 de julio de 2017

Al norte del edén

Muerde una cereza
no es más sabia 
ni más perversa 
Tentar a Adán, imposible
detesta las cerezas
y la serpiente repta en paradero desconocido.

Sin conjuras malditas sin pecado
Eva a solas sonríe
disfruta diosa sin infierno
efímera en tu fugaz paraíso.



domingo, 4 de junio de 2017

Más






Te has despertado con la luz un poco más abierta
y la memoria un poco más cerrada

Con la duda un poco más grande
y la risa un poco más pequeña

Con la fantasía un poco más alta 
y la esperanza un poco más baja
Con el tiempo un poco más corto
 y el pelo un poco más largo

Con la decepción un poco más cercana
y la libertad un poco más lejana

Con la ironía un poco más ácida
y la sencillez un poco más dulce

Con la pureza un poco más perdida
y la inocencia un poco más encontrada

Con la ausencia un poco más dolida
y la pena un poco más sanada
Con los sueños un poco más oscuros
y los deseos un poco más claros

Con la paciencia un poco más torcida
y la conciencia un poco más recta

Con la rabia un poco más harta
y la pasión un poco más repleta

Con la voz un poco más baja
y un poco más alto, el silencio

Te has dormido con los ojos un poco más arrugados
y un poco más tersos, los labios.

lunes, 1 de mayo de 2017

Pasajera



¿De mayor qué quieres ser?  Me preguntaron.
Miré los zapatos de charol que solían ponerme los domingos, 
para huir sin moverme de esa especie de pánico desconcertado que dejó muda la respuesta.
¿Hacerme mayor?
Aún no había pensando que eso tuviera que ocurrirle, 
a aquella pasajera de un submarino amarillo.

domingo, 9 de abril de 2017

Despecho



Una no sabe si esperar al enemigo
con una pulida metralleta de carbono 14.
La violencia engendra violencia, repiten.
Lo que engendra es suciedad,
porque estará el suelo, las paredes y el techo
perdidos de sesos, sangre y vísceras.
No me veo limpiando los restos de la masacre
amén de los casquillos,
retorciendo con despecho la bayeta en el caldero.
Ni que se me queden en las manos
las manchas invisibles de Lady Macbeth
Nada tengo que mi enemistad procures.
O sí; indiferencia;

¡Qué cruel me ha hecho el tiempo!

domingo, 12 de marzo de 2017

Lord of the wind



Huracanabas al hielo
e impulsarlo a la deriva 
deshaciendo nubarrones
doblando juncos hasta el ras de la tierra. 
Te detienes de pronto
abandonado la cólera que levantaba su raíz a los cimientos
tampoco desgarras del tronco a la rama de los tranquilos castaños
menos aún suavemente eres brisa que mece al columpio 
gira la veleta o el aspa del molino
ni deja caer desde esas nubes la cometa. 

El vendaval tuyo en la caverna no deshiela
el tenaz cristal de los carambanos 
ni siquiera despeinas triste el pelo a una muchacha 
menos aún dispersas estelas de humo del tren de cabotaje
tampoco serpenteas al temblor del polvo.

Te has escondido quieto detrás del aire
flotando
donde titubean las respuestas 
de un loco o de un profeta  

Señor del viento 
de un brazo llevas a la vida
del otro a la muerte
a la espalda te sigue persiguiéndote 
la sola sombra de tu opaca quimera.


sábado, 4 de febrero de 2017

La capa roja


Cuando después del desayuno preparó la cesta, metió dentro como de costumbre, un queso, un pastel y un tarro con miel.
Luego peinó sus trenzas y sonrió sin motivos al sacar del arcón un delantal azul para ponérselo encima del vestido. 
Por último buscó su capa y a la luz del sol temprano que entraba por la ventana le pareció más roja que nunca.
Al ponérsela y anudar la caperuza bajo el mentón, pensó en el lobo feroz.
El día anterior debajo de un piedra, al pie del olmo escondió la carta que le había escrito de advertencia.
Señor Feroz huya, el cazador quiere matarle y deshollarle.
Al cerrar la puerta de la cabaña sintió un gran temor como quien tiene un presagio del que se ignora el efecto y el fin. 
Caminaba ensimismada sin percatarse de que había tomado otro nuevo camino hacía el bosque.

Después de un largo trecho cuando el mediodía ya levantaba el cénit al sol descubrió un enrejado profuso de ramas, en su penumbra donde un arroyo brillaba los pequeñísimos rayos que sorteaban las ramas, las libélulas despertaban, dormían los búhos y una araña diminuta tejía una inmensa tela que vibrando daba cuenta del leve soplido del viento.
La yerba hacía ofrendas de violetas oscuras, entre ellas atisbo al pelaje carey del lobo desapareciendo sigiloso por el distante follaje.
De pronto plegándose  la arboleda al silencio, la niña se dio cuenta de que había encontrado abierto y hondo para ella, el corazón del bosque.
Deseó quedarse allí para siempre.
Deseándolo cerró los ojos, al abrirlos vio que sin rumbo habían seguido andando por otra vereda desconocida que se adentraba fuera de los límites del bosque.

Igual que la curiosidad abre las páginas de un libro,
igual que quien se pierde y se encuentra
a Caperucita se le abrió la sorpresa 
al sentir que dentro de su pecho un corazón le latía.

domingo, 1 de enero de 2017

Propósitos



Me niego el primer día del año
a dejar de fumar, ponerme a dieta
estudiar inglés o apuntarme a un gimnasio.
Lo que quiero estrenar
algo que me haga engordar 
que me haga soñar 
con sólo mover un músculo 
entendiendo su lengua a la primera.