No soy Nancy, ni Suzanne, ni Marianne
ni las invisibles hermanas de la caridad
menos aún la fan adicta a un Don Juan con borsalino
me creo lo peor de ti y lo mejor
si lo suenas tú.
En tu colina desmoronada
la séptima sube
¿De quién es la voluntad?
Pregunto, aguardo
y callo
al oír tu canción repetida en el alambre
me acompaña
sin que se cierre
sobre el pentagrama del puente imaginario
nuestra herida.
Negando la salida a sus cautivos
un coro de medianoche
nos acompaña
sin traducir
el sentido brillante
de sus estrellas suspensivas