El perro lame la lluvia del charco
y escucha tocar lenocinios al acordeón
cantan las rameras
vestidas desvestidas en el dulce burdel
ellas son tus hermanas y tú su poeta
él es su hermano y ellas las poetas
a la penumbra que da una luz
hiriendo el espejo
bailan ellas y él
él y ellas con medias sin medias
las putas tiernas
él ignora por qué
ellas sólo quieren bailar
sólo quieren ellas cantar
leve en el pelo, la brisa
por el cuello, las rosas
la punta de un beso
en la puerta de la noche le despiden
antes de que ascienda el sabor ácido
del alba