Por el cuadrado ventanal
viniste
leve mariposa de los tejados desguarnecida
para que te secaras
y no oyeras cantar
que el límite del cielo lo guardan los pájaros
Terminó mi aliento lo que la lluvia te ha empapado
hacia arriba te vas y la polvareda de tus escamas
no han de quedarse en mi mano
Me siento un poco más vieja
un poco más sabia y un tanto más quieta
Al despedirte me asomo
en la fachada cuadrada
comprendo
la utilidad del vacío
Mirando abajo el cuadrante de la acera
me siento un poco más joven
lenta al moverse
mi palma sigue abierta.