viernes, 17 de agosto de 2012

Pucelle



Fue en martes y trece
de ese miércoles en guerra de cien años
otro jueves en la casa de la vida
otro viernes en la casa de la muerte
y un sábado de gloria
a todo le hablabas de amor
desafiando un odio de oriflama
Rezó una plegaria para Juana
el silbar de las llamas
en letanía junto a tu arco

 junto al pecho de metal
 de los amos de la tierra.

Vestida de arpillera

reniegas de las voces
y el fragor de las batallas

Shuuu estás sola 


no hay nadie no hay nada

claudica
ese lis de heroína y escapulario
y deja vivir uno más uno y más otro

todo alrededor de los diecinueve años.

Que mueran los domingos subidos a leña de un altar


Juana contra

el mito que te arde

por el flameo del estandarte
en las horcajadas sobre el caballo
por el mundo a tus pies.

El resplandor la inundó como entonces
ocupó su espacio 
el triunfo del verbo
elevó tus brazos.

No tengas miedo doncella
cruza el arbotante

ya no sientes las brasas
que calcinan hasta el hueso.


La pira humea
es lunes y llueve.