viernes, 5 de abril de 2013

Veredicto





Juez: Se encuentra ante la presencia de este tribunal por decir la verdad.

Acusado: ¿Soy reo de mi verdad?

Juez: Usted es un loco, un idiota.
¿De qué sirve decir su verdad en el mundo de las mentiras?

Acusado: No sirve de nada, tiene razón.

Juez: Este tribunal le condena a mentir de por vida.

Acusado: ¿En todo?

Juez: Le he dicho que en todo, no insista o le impongo una sanción por desacato.

Acusado: ¿Debo matar al temerario?

Juez: Exacto, usted es su propio verdugo.

Es por su propio bien vivirá en un estado de bienestar será aplaudido, admirado y aceptado.

Acusado: Cuando era un niño mi padre me daba los mismos consejos pragmáticos que su señoría.

Juez: Entonces su padre no era como el mío.
Mi padre era un adicto a la verdad como usted y acabó recluido en el manicomio de la hipocresía.

Acusado: ¿Le quería usted?

Juez: Creo que nunca he querido a nadie sólo a ese viejo ha sido mi única verdad,

pero la he mandado al patíbulo con mi hábeas corpus.

Acusado: ¿Por qué usted y yo nos fugamos juntos?

Juez: ¿A dónde...? Visto para sentencia.