Fue domingo cualquiera
te sentaste sobre el bordillo
que limita con la alfombra mullida de la yerba,
las hojas de los árboles, te hacían con sombra
un encaje oscuro por la cara.
Tienes cuatro años que escuchan
a la guitarra callejera
un encaje oscuro por la cara.
Tienes cuatro años que escuchan
a la guitarra callejera
con una gorra de monedas a sus pies
bailas
cantas
y dibujas con una tiza sobre el suelo
nubes, casas y soles
de una calle nueva.
Tu madre te llama
Teresa
¿Con qué nombre algún día querrías llamarme tú?
Os vais
tú elástica dando saltos mortales
desde el bordillo que te aleja
la niña que fui roza tu tibia mano
el oído del domingo es quien sabe
de la voz de las niñas sus secretos.
la niña que fui roza tu tibia mano
el oído del domingo es quien sabe
de la voz de las niñas sus secretos.