Cuando no tenga manos,
tendré ojos errantes por el agua.
Cuando no tenga pies,
tendré oídos para el socorro de la lumbre.
Cuando no tenga oídos,
tendré pulmones oreados del norte.
Cuanto no tenga ni manos, ni ojos
ni pies, ni pulmones,
tendré el corazón henchido.
Cuando no tenga corazón,
tendré alma ingobernable.
Cuando no tenga alma, ni corazón,
ni pulmones, ni oídos, ni pies,
ni ojos, ni manos,
seré un fantasma de fiebre sin hastío,
y levantando mi voz en el silencio
seguirá preguntando
¿Dónde están los románticos?