El invierno ha caído recién a la entrada
y enmarañando sus brazos de madre
intenta cerrar talas al hambre.
se encendieron diminutas estrellas dentro de los arbustos
en todos los caminos salvo en la senda
donde a morir van
desde mantos de alas
hasta garras
hasta zarpas afiladas por la miel
o henchidos aguijones
o las rejas de colmillos
sin soltar al aire
o a la tierra de memoria ni cenizas.
En aquella cita a cero º
sólo acudieron los huecos de tus pasos
y la enorme distancia
de su ausencia.