El asfalto
los edificios colosales
dejan de llenarme sus espacios
desaparece sus contornos y su bullicio
el viento agita las hojas al sereno
para crecer abriendo paso
un vanitas de otoño sobre la yerba.
En la rama un pájaro y unas gotas de rocío
trémulas rutilan por su punta.
Desconozco quien me enseña el idioma de la distancia ,
invento su atmósfera
plegándola detenida al ahora de mi instinto.
La velocidad de su luz incinera este instante
sé que vencido a sus escombros,
no sé dejarlo ir,
lo retendré en el único paréntesis
que conozco:
(de mi corazón, su universo)